La salud mental sigue siendo un tema tabú. También dentro del ecosistema emprendedor,
donde los ratios de afecciones mentales son altos.
Según un estudio publicado en Hubspot, el 63% de los emprendedores sufren de agotamiento o burnout. Los emprendedores sociales además, según un estudio publicado por el Foro Económico Mundial, tienen otro causal adicional de estrés: intentar conciliar lograr un cambio positivo en la sociedad al mismo tiempo que mantener la sostenibilidad de su empresa.
El burnout, que la Organización Mundial de la Salud reconoció oficialmente en su Clasificación Internacional de Enfermedades, es un síndrome que resulta del estrés laboral crónico y que requiere un tratamiento específico. Se manifiesta a través de síntomas como fatiga constante, alteraciones en el sueño, falta de concentración, disminución en la capacidad de trabajo y falta de motivación. En casos severos, puede llevar a problemas de salud física y mental.
Varios emprendedores con los que hablé mencionaron darse cuenta de estar sufriendo burnout al experimentar de manera simultánea y durante un período extenso de tiempo, varios de los síntomas mencionados anteriormente. “Fue una combinación de varios factores: una desmotivación profunda y una pérdida de sentido general, señales físicas como dolores de cabeza y de espalda frecuentes, dificultades para concentrarme y más tiempo para terminar mis tareas, sueño alterado de manera crónica.”
En todos los casos, la validación de lo que sucedía fue realizada en una consulta médica. Para la recuperación se les indicó alejarse del ambiente laboral por varios meses, lo cual supuso nuevos desafíos, económicos y sociales. “Me tomó varios meses recuperarme a nivel físico y mental. Pude tomar ese tiempo para descansar, hablé con un sicólogo, trabajé con un coach especializado en burnout sobre mis valores y mi autoestima, aprendí que mi trabajo no me define y me enfoqué en cultivar áreas personales que no tienen que ver con el trabajo: familia, amigos, espiritualidad, actividades que me hacen bien.”
Según un estudio en Applied Psychology Health and Well-Being, las actividades más efectivas para recuperarse del burnout son aquellas que permiten el desapego del trabajo, promoviendo el bienestar a través de la actividad física, la relajación personal y la conexión social. También se recomiendan actividades que refuercen habilidades y permitan ejercer control personal, como roles de liderazgo en la comunidad. Además, participar en actividades sociales y mantener un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal.
Nuestro desafío hoy como sociedad es hablar de salud mental sin vergüenza, fomentando la comprensión, compasión y empatía entre todos. Y generar las condiciones necesarias para su prevención, así como para que se de la recuperación de quienes lo sufren.
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